sábado, 11 de octubre de 2008

CONSTANTINO BLANCO RUIZ (TÍO COSTILLA)

La Negra Tomasa

Tomé un carro colorado
con destino a Ciudad Lerdo,
era en Mayo, bien recuerdo
y se me sentó al costado
una negra de Alvarado,
en decirlo no vacilo,
según su porte y estilo
y sin ser exagerado
con un peso aproximado
de ciento cincuenta kilos.

El problema comenzó
cuando se arrancó el camión,
pues nomás de un pisotón
un dedo me lo arrancó.
Entonces me dije yo
Costilla, creo nos bajamos,
¡total en otro nos vamos!
mas pensé de otra manera,
voy a domar a esa fiera,
a ver a cómo tocamos.

Un poquito contrariado
le dije : ¡ya me pisó!
tranquila me contestó:
Me tiene a mí sin cuidado,
tú de seguro has pensado
que yo he venido a cuidarte,
¿Qué esperas para bajarte?
aquí nadie te detiene
y si algo no te conviene
a hechar pulgas a otra parte.

Cuando llegó el cobrador
nos preguntó ¿a dónde van?
Ella contestó a San Juan,
un boleto por favor.
Hubiera sido mejor
que yo me hubiera quedado
pensé ya muy contrariado,.
no sé pa qué me embarqué,
ni modo, me equivoqué
creí que iba pa Alvarado.

Me tocó la ventañilla,
la que abrí de par en par,
el aire comenzó a entrar
caliente como una arcilla,
le dí un llegue en la tetilla
con el codo intencional,
y me dijo: ¡Oye animal!
¿Qué cosa es lo que has pensado?
¿Quiéres viajar acostado?
flétate un coche especial.

Fué duro el encontronazo
que me dí con esa negra,
pensé: ¡Si fuera mi suegra
la mato de un garrotazo!
Cada vez que alzaba el brazo
a propósito yo creo,
despedía un olor tan feo
esa negra tan ladina
que cuando llegué a Salinas
me habían dado tres mareos.

Le dije: ¡Por favorcito
hágase usted para allá,
tocamos a la mitad
y usted lo ocupa todito!
Me contestó: te repito
que me dejes de chingar,
si no lo que va a pasar
a pesar que soy mujer
hago que pare el chofer
y aquí te voy a bajar.

En Alvarado compró
diez tacos de chicharrón,
de tepache un garrafón
y todo se lo ingirió.
tranquila se acomodó
cuan voluminosa era
y me oprimió de tal manera
que me impedía respirar
y tuve que continuar
con la cabeza de fuera,

Ya llegando a Platanar
quizá por tanta comida
al fin se quedó dormida
y dijo esa negra a roncar,
y la gente a comentar
el escándalo que hacía.
Uno que otro se reía,
la mayoría se asustaba.
La verdad ya no roncaba,
pitaba como un tranvía.

Cuando gritó el cobrador:
Esos de Lerdo a la puerta,
la ví con la boca abierta
y bañadita en sudor.
Reconociendo mi error
que eso por necio me pasa
me fuí derecho a mi casa
y cuando me refresqué
yo mismo me pregunté:
¿Sería la Negra Tomasa?


POR UN CIGARRO
La otra noche me acosté
pero me acosté a sufrir
no me podía yo dormir
y mejor me levanté
quise fumar y busqué
los cigarros que tenía
y para desgracia mía
después de mucho buscar
logré la caja encontrar
pero ya estaba vacía.

Le hablé al vecino de al lado
porque sé que es fumador
y le pedí por favor
un cigarro regalado
y el un poco amorrogado
por el sueño que tenía
me dijo con ironía
¿Me puede creer usté
que hace un rato me fumé
el último que traía?

Salí para un estanquillo
que es de una comadre mía
para ver si me vendía
unos Raleigh con cerillos
le hablaron unos chiquillos
y cuando la despertaron
compungidos regresaron
porque la respuesta fue
dice que perdone usté
pero ayer se terminaron.

Me fui para el bar El Tarro,
de un amigo y compañero
y le dije al cantinero
despáchame unos cigarros.
¿De dónde te los agarro?
me dijo con voz sencilla
sigue buscando Costilla
a ver que hallas por ahí
ya hace un rato que vendí
la última cajetilla.

Por esos alrededores
busqué sin nada encontrar
y las ganas de fumar
eran cada vez mayores
me encontré con dos señores
que de un carro se bajaron
y cuando me saludaron
como cuates los creí
un cigarro les pedí
y de plano me lo negaron.

Caminé rumbo a la esquina
un poco mal humorado
yo que siempre había pensado
que el vicio no me domina.
Llegué y le toqué a Martina
y un cigarro le pedí
pero nada conseguí
porque me dijo impaciente:
no vengas de impertinente
quisiera uno para mí.

Le puse el forro al sombrero
porque quería lloviznar
y me fui para otro bar
llamado el Centro Cañero.
Fue tan fuerte el aguacero
que llegué todo empapado.
Cuando creí haber logrado
aquel deseo en cuestión
grande fue mi decepción
porque ya estaba cerrado.

Me fui al Seguro Social
creyendo que ahí la haría
me le acerqué al Policía
de la puerta principal
tras un saludo cordial
le dije a boca de jarro
regáleme usté un cigarro
que me está matando el frío
y me dijo amigo mío
no fumo, tengo catarro.

A una joven muy galana
que en la calle me encontré
la hora le pregunté:
las cuatro de la mañana.
Le di vuelta a la manzana
y unos amigos me hablaron
con atención escucharon
que un cigarro les pedía
y uno dijo: yo traía
pero, mira, se mojaron.

Seguí por aquel sendero
aferrado a mi porfía
llegué a una tortillería
y le dije al molinero
amigo, por favor quiero
me regale una colilla
y me contestó ¡Costilla!
vas a pescar un catarro
¿Tú sufres por un cigarro?
Llévate la cajetilla.


El Puntalito
Ando mal del apetito
es muy poco lo que como
me sobo bastante el lomo
pues mi trabajo es durito
de Veracruz yo solito
salí el otro día temprano
siete plátanos manzano
me comí en Boca del Rio
y pa no sentir el frió
un toro de chabacano
Un jugo de piña helado
me tome en La Laguna
y ya sin pena ninguna
me enfilo rumbo a Alvarado
ya llevaba yo pensado
hacer un alto en Salinas
a tomar homocilina
pero antes que otra cosa se
ahí me logre comer
la mitad de una gallina

Me lleve como botana
una pierna de armadillo
y me pare en Arbolillo
a echarme una campechana
no me quede con las ganas
del torito de limón
por que aquello de la buena digestión
y me comí con precauciones
40 docenas de ostiones
y 3 kilos de camarón

Llegue al Paso Nacional
a echarme una botanita
medio kilo de carnita
que casi vale un tesoro
para salir de mi azoro
de masa pedí un tamal
café con leche un sidral
plátano con mantequilla
medio kilo de tortilla
y huevo frito al natural

Ya con este puntalito
llegue a Lerdo sin problema
solo pensando en la cena
era un potaje esquisto
mi mujer me dio bollito
de elote con mantequilla
y me pregunto Costilla
que otra cosa has de querer ?
y yo le dije: que a de ser
pues carne asada a la parrilla

Toda la noche dormí
y aunque no probé bocado
mucho apetito sentí
y a mi mujer le pedí temprano
antes de levantarme
algo que pudiera darme
para calmar este hambrejon
no crean que soy comelón
no me gusta mal pasarme

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